Réplica (I-A)

He tenido el honor de colaborar en Autonomía y Bienvivir con diversos artículos, para quienes no conozcan, es un espacio excelente para la reflexión junto con otros blogs, ahí se exponen artículos que tienen que ver con decrecimiento, economía y fenómenos sociales.

Recientemente fui citado en  «El fútbol como metáfora de nuestra civilización: muchos símbolos y un proyecto» y consideré oportuno extender el debate, ya que es un excelente artículo y no siempre tengo el gusto de intercambiar ideas de este modo. Considero que el artículo firmado por MagicR es un texto que aborda temas muy complejos que juntos forman una sinfonía que no siempre es fácil de entender, pero el autor hace un trabajo extraordinario y abre vías para hacer algo «más», así que sin más preámbulo empezaré con mis comentarios.

Sobre el debate objetivo.

Uno de los puntos que parece tocar MagicR y espero no desvirtuar su trabajo ni confundirme es sobre el debate objetivo, sobre la definición o significado de cada palabra. En nuestra sociedad moderna o post-moderna este parece un debate estéril, pero como el menciona, una silla no es un objeto universal, sus características nos impiden transmitir de forma precisa lo que es una silla en particular a otra persona, de modo que aunque la palabra silla es perfectamente útil para que una persona diga «constrúyeme una silla» o «siéntate en esa silla», en el mundo real nos encontramos con que aún no podemos tener una «definición operacional» completa e inequívoca sobre lo que es una silla.

Los simpatizantes del positivismo desestimarán el problema mencionando que sea como sea hay un consenso social sobre lo que es una silla e incluso habrá quienes publiquen normas detalladas sobre lo que es una silla y sus características definitorias.

Pero como señala MagicR, el constructo silla puede definirse de múltiples modos, tiene características semióticas y obviar esta cualidad es eliminar información que es vital para el entendimiento de la relación entre el mundo y las personas, en el caso del artículo, del fútbol y lo que entienden las personas por fútbol.

Creo por tanto que MagicR acierta al mencionar que el significado contiene ciertas características que conviene analizar y para ello sugiere ciertas herramientas propuestas por Jung, pero entonces surgen otros asuntos que vienen a este debate.

Hablar de Freud y de Jung es querer hacia «magia negra» en un mundo en donde la inteligencia artificial de Google parece superar hitos impresionantes, (¿Existe realmente «eso» llamado inteligencia artificial?), no hay espacio para una suerte de «disciplinas interpretativas (o especulativas)» como las de Freud o Jung.

Freud intentó al igual que Lacan «hacer ciencia», sin embargo se encontraron de frente con el discurso positivista, el cual establece que toda ciencia tiene delimitados sus objetos de estudio y sobre todo tiene un método, por lo que sus propuestas jamás pudieron ser tomadas como «serias», científicamente hablando.

Lo anterior se debe a cómo se conformó el mundo positivista ampliamente inspirado por «el discurso del método» de René Descartes, quien propuso el hermoso sueño de la objetividad, es decir, la capacidad de observar (abordar) sin ningún tipo de sesgo la naturaleza para descubrir sus secretos.

El discurso del método derivó en el método científico, que a través de un minucioso trabajo establece las leyes por las que se rige el universo o eso se supone en teoría. Sin embargo algo tan «ambiguo» o «inmaterial» como la mente al parecer no puede abordarse de esta forma, por ello los trabajos de Freud, Jung y Lacan no entran en la ciencia moderna.

Aun así, hay quienes intentan considerar el psicoanálisis (particularmente el llamado «lacaniano») como una disciplina científica, no estoy de acuerdo con ello, pero eso es otra historia.

La escisión filosófica

Es en este punto cuando el movimiento positivista y empirista exige que la ciencia sólo sea alimentada con «leche ultra pura», es decir, a través de estudios objetivos, serios, verificables, medibles y replicables, por ello la filosofía queda relegada a una especie de «arte» y deja de ser considerada ciencia, hoy en día la «distancia mental» que existe entre filosofía y física es enorme, pero esto no siempre fue así.

La filosofía en algún momento fue la madre de todas las ciencias, lugar que hoy ocupa la física, y todo el conocimiento era parte de la jurisdicción filosófica, sin embargo el positivismo exigió la separación de las ciencias y la filosofía, del mismo modo que los estadistas ilustrados exigieron la separación estado/iglesia.

MagicR menciona como muchos científicos contemporáneos ignoran la historia de las ciencias, la filosofía de la ciencia y en general las implicaciones profundas de ser «seres conscientes» en un universo lleno de materia inanimada. Esto muchas veces deriva en personas que creen que la ciencia puede resolverlo todo. A propósito de eso, recomiendo encarecidamente leer «Sobre el fracaso del LHC Run 2, y los límites del conocimiento» que es un maravilloso texto que ilustra como a veces sobrevaloramos el poder de la ciencia o el conocimiento.

Lo que tenemos después de la separación ciencia – filosofía fue una ciencia que efectivamente avanzó sin el lastre de la filosofía, hasta que llegaron los problemas. MagicR ejemplifica algunos de esos problemas como los casos «ya clásicos» pero más vigentes que nunca de Kurt Gödel y sus teoremas de completitud, sin embargo «las fisuras» de la modernidad pueden verse por muchos otros lados, hay incluso un gran debate entre físicos que se acusan de hacer filosofía en lugar de física por el asunto de la mecánica cuántica.

Aquí haré una pequeña pausa para poner sal en una gran herida de la modernidad. Einstein quien quizá es el científico más reconocido y querido de la modernidad propuso su magnífica teoría general de la relatividad que establece que los objetos con masa deforman el espacio-tiempo creando la gravedad (quizá no soy muy preciso puesto que no soy físico). Su solución fue interesante y novedosa pero no le valió el premio nobel (esa es otra historia) y sin embargo el universo guardaba otras sorpresas para Einstein, su teoría describe muy bien como se comportan los objetos a nivel macroscópico, pero a nivel nanoscópico se empezó a observar que (por ejemplo) un electrón podía estar en dos lugares al mismo tiempo.

Eso y otras cosas como las «locuras» de Gödel empezaron a tumbar poco a poco el método científico y con él el discurso positivista y todo lo que la modernidad trajo consigo, de pronto se necesito de un mago o un brujo para explicar que demonios sucede en el universo. Einstein murió aferrado a su mundo objetivo y no se atrevió a saltar a los modelos probabilísticos de la física cuántica moderna, se negó a creer que este universo al parecer nos juega bromas.

Para ejemplificar burdamente el problema diremos que bajo la lógica de Descartes un árbol existe independientemente de si yo abro mis ojos o no, pero bajo la lógica probabilística de la mecánica cuántica, el árbol podría o no existir dependiendo de variables cuánticas, el ejemplo más conocido es el gato de Schrödinger, en donde además hay una superposición de estados, ¿Eso es lógico, objetivo, congruente, coherente?, ¿Eso es ciencia?.

Lo anterior es un punto necesario para poder seguir el debate de MagicR y es punto de partida sobre este y otros muchos problemas, por lo que pido que se tome en cuenta en futuros párrafos, esa es mi justificación o propuesta para decir que la objetividad no es del todo posible y todo acaba en un hermoso sueño, el sueño de un mundo objetivo.

¿Recomponiendo lo que se rompió?

Es en este punto creo percibir una propuesta de MagicR, quien sugiere que esta es una batalla entre la ciencia positivista «dura» que a mi punto de vista ya sufrió «demasiado» y una postura de otras personas que hablan de «que el sujeto contribuye a crear esa realidad de forma activa en un proceso histórico bajo una cultura específica y con un criterio de tipo pragmático basado en el propósito«.

Y si no me equívoco MagicR al declarar su postura es constructivista, pragmática y post-moderna nos propone una visión alternativa que no es relativista (como el mismo declara) ni cae en los vicios del eclecticismo. Vale la pena citar lo que es eclecticismo:

«El eclecticismo (del griego eklegein, «escoger») es, en filosofía, una escuela filosófica nacida en Grecia que se caracteriza por escoger (sin principios determinados) concepciones filosóficas, puntos de vista, ideas y valoraciones entre las demás escuelas que se asumen que puedan llegar a ser compatibles de forma coherente, combinándolas y mezclándolas aunque el resultado pueda ser a menudo contrapuesto sin llegar a formar un todo orgánico. «.

Lo anterior resulta muy importante debido a que ante los serios problemas de la ciencia y la vida post-moderna, hay quienes piensan que se puede combinar ciencia y religión, hay quienes piensan que se puede tener «solidez económica» con dinero fiduciario, hay quienes creen que las inconsistencias entre la relatividad general y la mecánica cuántica de Planck se pueden salvar con la(s) teoría(s) de cuerdas.

Llegados a este punto MagicR menciona que el gran reto post-moderno es romper la fragmentación disciplinar, recordemos brevemente que parte de este problema se debe a la concepción no-filosófica de la ciencia, Karel Kosik en su «dialéctica de lo concreto» parece sugerir que «el todo es más que la suma de sus partes», sin embargo en el mundo hiperglobalizado se exige que haya especialistas que conozcan a la perfección su propia área y es ampliamente tolerado que desconozcan sobre temas que no son de su competencia.

¿Es posible otro mundo?, ¿Otra ciencia?

MagicR sugiere un nuevo planteamiento, concuerdo con esta necesidad y creo que dicho planteamiento debería ser una concepción «nueva» de la realidad y de la ciencia, quizá una nueva filosofía de la ciencia, para MagicR este  planteamiento debe ser holístico, ¿eso es posible?.

De antemano estoy de acuerdo con lo que MagicR plantea puesto que desde Planck se hizo visible la necesidad de estructurar un nuevo método para seguir explorando el universo del conocimiento, por llamarlo de alguna manera, sin embargo uno de los problemas es que la fragmentación misma del universo parece impedir una visión holística «nuevamente». Einstein murió intentando hilar algo así como una teoría del campo unificado, que explicara porque algunos elementos de la física son ambiguos (por ejemplo la luz que es onda y partícula) ya no hablemos del comportamiento de las partículas subatómicas o el caprichoso spin del electrón. A partir de ahí la «ciencia madre», es decir, la física ha estado escindida y existen algunos físicos teóricos que acusan a los mismos físicos teóricos de especular en lugar de hacer ciencia, de modo que hay promotores y detractores de distintas teorías y escuelas, como la teoría «M», o en términos más coloquiales, teoría de cuerdas, super cuerdas y otros asuntos…

Como MagicR menciona el problema mismo llegó a las matemáticas, donde Gödel dejó en claro algo así como que cualquier sistema coherente que describiese conjuntos estaría incompleto, o sea que ni las matemáticas son tan consistentes como esperábamos. ¿Qué hacemos entonces? Alternativas las hay, desde Autonomía y Bienvivir se han planteado siempre alternativas y esto no debe ser la excepción, el problema es que como en el caso del decrecimiento, nos enfrentamos a una terrible resistencia. Mencioné que quizá la construcción de una nueva filosofía de la ciencia podría ayudarnos, una filosofía que observe los problema de forma no-dicotómica y quizá funcionalista, cuidando desde luego caer en los errores de la objetividad y la escuela positivista.

Unir el mundo científico y no científico en una visión holística implicaría un esfuerzo titánico en donde todos necesitaríamos algo así como un nivel de «consciencia superior» o cuando menos empatía, la modernidad dejó un mundo polarizado en donde muchas personas solo ven «verdades y no verdades» entre otros muchos problemas sociales y conceptuales, este tema puede continuar casi indefinidamente, pero creo que es posible construir una visión holística pese a la fragmentación disciplinar, metodológica y conceptual del estado actual de las ciencias. Cabe mencionar que originalmente esto fue así, anterior a la modernidad era raro el «científico», filósofo, ingeniero o pensador que no tenía una visión holística del mundo, sólo con la modernidad empezaron a nacer personas que defienden el neoliberalismo o el capitalismo pero atesoran oro físico, es decir, «franksteins» que se contradicen continuamente al no entender el universo complejo y tratar de ser congruentes siendo eclécticos.

Consciencia y autoreferencia

MagicR menciona que Bordieu se equivoca en ciertos aspectos y seguramente yo también, lo cual acepto plenamente, como he mencionado reiteradamente, no soy un defensor de Freud ni del psicoanálisis, sólo mencionó los puntos que ellos observaron en su momento y desde luego que cito y problematizo sobre ello, creo que uno de los problemas más graves de Freud es que no fue lo suficientemente Budista, considero que como padre de psicoanálisis no pude ver que su hijo algún día sería más grande que él mismo. Considero que visualizar y trabajar con la mente implica saber que la mente no se va a dejar observar «tal cual es», sino que va a usar todos los mecanismos a su alcance para reflejar una imagen imprecisa de si misma.

Esto lo advirtieron rápidamente los positivistas y para solucionar este inconveniente sugirieron los abordajes objetivos, hasta que los científicos observaron que las partículas subatómicas también juegan a cambiar cuando se les observa y que mientras no se les observa pueden tener interesantes estados de indeterminación. Creo entonces que MagicR sugiere que Bordieu y otros personajes debemos estar abiertos al escrutinio externo en todo momento, no caer en la certeza, quizá en otro momento hable del final de las certezas, pero en este momento vale la pena mencionar que una nueva filosofía de la ciencia necesitaría eliminar la palabra certeza, ¿ser agnóstica?.

Una nueva filosofía de la ciencia debería ser crítica de sí misma y evitar los estados de certeza, debe ser algo así como «consciente de si misma» y para ello debe poder lidiar con ambigüedades y estados de indeterminación procurando algo cercano a la objetividad. Karel Kosik a veces sugiere algo así como «saber que grado de error tiene la regla con la que medimos para saber que tanto podríamos estar equivocados». Se trataría entonces de una disciplina consciente de la imposibilidad de la objetividad pero que no descarte y que si agrupe, en fin… algo cercano a la imposibilidad metodológica y con un método a prueba de «trampas» observacionales, entre otras muchas cosas.

Continuará…

Debido a la extensión del debate y del artículo de MagicR dejo esta parte de mis comentarios para otra ocasión, esperando que quien guste también se una a la construcción de este intercambio de ideas.

Agradezco a MagicR por su interesante artículo y a todos los lectores involucrados.

Bienvenida la crítica y la participación, saludos.